Una de las experiencias más increíbles de visitar Corea del Norte, es la oportunidad que te da para hablar con sus gentes. El impacto mediático negativo es enorme, nos han llegado a vender cualquier tontería, como por ejemplo la de que los norcoreanos son actores que se pasean alrededor de edificios para ser fotografiados.
¿Qué? ¡Imposible!
Recuerdo con claridad la primera vez que se me aproximó una de mis guías norcoreanas; fue para preguntarme si la chaqueta verde militar que llevaba puesta, representaba a las fuerzas militares de mi país.
“ – ¿cómo?, no no! Es solo que está de moda este color”, dije yo.
Fue un modo de conectar, como podía haber sido cualquier otro, pero en ese momento pensé “ benditas modas”. Lo cierto es que la conversación se desarrolló con total normalidad, no sé cuál de las dos estaba más emocionada, si ella por escuchar historias de mi país , o yo por escuchar historias del suyo. Solo diré que fue revelador.
Intercambiamos todas las historias que pudimos a lo largo de los días , desde países a estudios, pasando por novios, canciones de moda ( os sorprendería saber la cantidad de canciones en inglés que esta chica sabia) y haciéndonos selfies cada cuatro pasos.
Que suerte la mía, que además de hacer una nueva amiga coreana, también tuve la ocasión de conversar con unos de los guías turísticos más experimentados en Pyongyang. Sinceramente, en el primer momento en que le vi, pensé, “ que cara de pocos amigos tiene este señor llamado Kim , ¿no?”.
No podría estar más equivocada. Resulto ser una caja llena de sorpresas. Paseando a su lado me contó historias de su pasado ( había estado viviendo en Alemania una temporada). Hablamos de su familia, en concreto de su hijo que quería estudiar una carrera relacionada con el medio ambiente y viajar al extranjero como su padre.
Pero lo más curioso llego al final de nuestro paseo. Kim , mi guía norcoreano, me preguntó sobre el reciente conflicto de independencia de Cataluña. ¿ Os lo podéis creer? ¿ Que alguien en Corea del Norte, me pregunte por la situación en España?. ¿Pero no decían que los norcoreanos no tenían acceso a noticias del extranjero?
La gente en Corea del Norte es como tú y como yo. Les gusta ir de picnic al parque en familia, practicar deportes y jugar con sus teléfonos en el metro. Los más mayores adoran beber cerveza y bailar . También cantar y pintar, y sobretodo aprender de otras personas y sus culturas. Por supuesto que la barrera idiomática es un factor determinante, pero cuando algo te interesa de verdad , todo es posible.
Y así fue como se me cayó la venda de los ojos. Visitando Pyongyang no solo descubrí una realidad distinta a lo que me contaban, también hice amigos a los que me encantaría volver a ver .
No tengo la menor duda de que volveré.